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jueves, 26 de julio de 2012

Cornelio Agripa.

Cuando el necio huésped de Cornelio Agripa invocó a un demonio al leer uno de los libros del ocultista, la criatura lo mató inmediatamente. Agripa hizo que el demonio lo resucitara para sacarlo de su casa.


La curisidad venció finalmente al inquilino de Cornelio Agripa, un día a principios del decenio de 1500. El joven logró entrar en los aposentos cerrados con llave del famoso alquimista mientras él estaba fuera de su casa en Louvain, Bélgica. Allí encontró un libro de hechizos y empezó a leer en voz alta sus páginas abiertas. De pronto, llamaron con fuerza a la puerta, pero no hizo caso. Entonces, un demonio entró en la habitación y exigió saber porqué lo habían llamado. El aterrado estudiante no pudo responder y fue estrangulado en el acto.

En ese momento regresó Agripa, y como no deseaba que lo acusaran de haber matado al joven, le ordenó al demonio que lo reviviera temporalemnte y lo envió al mercado. Allí el cadáver reanimado se desplomó y murió una vez más, con las marcas de la estrangulación tadavía muy claras en el cuello. Aunque Agripa escapó de las acusaciones por asesinato, se vio obligado a huir de la ciudad.

Sin lugar a dudas, esta historia distorsiona la verdad, pero no hay pruebas de que Agripa tratara de desvanecer la leyenda durante su vida. También se decía que tenía un familiar (asistente demonio) con forma de un enorme perro negro, y además que poseía un cristal en el que podía ver el futuro.

Agripa nació el 14 de septiembre de 1486 en Colonia, Alemania; asistió allí a la universidad y muy pronto ganó reputación como soldado, eurito y médico, trabajando para las realezas alemana, francesa, belga, italiana y holandesa. Su obra más famosa fue On Occult Philosophy, publicada en el año 1531, 20 años después de que la escribiera. Cornelio Agripa murió en Genible, en 1535.

Al igual que muchos de sus compañeros alquimistas y ocultistas, Agripa recorría con frecuencia Europa, persiguido po la amenaza siempre presente de la condenación de la Iglesia por herejía. Muchos de sus problemas eran autoinducidos. Aunque se suponía que un alquimista podía convertir la escoria de metal en oro, casi siempre tenía deudas. Los rumores decían que el dinero con que pagaba sus cuentas a menudo se convertía en pedazos de cuerno o conchas sin valor.

sábado, 14 de julio de 2012

Uri Geller.


El israelí Uri Geller pudo demostrar sus facultades psíquicas más notables desde una edad temprana. Sus hazañas de doblar cucharas lo convirtieron en una celebridad internacional.


El controvertido Uri Geller puede ser el mejor psíquico del siglo XX o uno de sus grandes charlatanes. Nació en Tel Aviv el 20 de diciembre de 1946 y según cuenta la leyenda, su capacidad para dominar la mente y doblar cucharas de metal ( el efecto "Geller") surgió a los cuatro años. El israelí era relativamente desconocido hasta 1972, cuando un paranormalista estadounidense, Andrija Puharich, lo presentó con los físicos Russell Targ y Harold Puthoff en el Stanford Research Institute de California.

Después de extensas pruebas, Targ y Puthoff quedaron impresionados por el aparente don de visión remota de Geller, su capacidad para percibir información clarividente desde lejos. Se dice que lee las mentes, que dobla llaves y otros objetos de metal con solo tocarlos o mirarlos y que puede hacer que las maquinarias se detengan o funcionen a través de la telepatía. Sus poderes pronto lo convirtieron en una celebridad invitada a actuar en todo el mundo.

Entre los críticos más clamorosos de Geller se encuentra el mago profesional James Randi, ex miembro del Comité para la Investigación Científica de Casos Paranormales (CICCO), quien asegura que las hazañas de Geller no son otra cosa que trucos sofisticados que el mismo Randi ha imitado. Sin embargo, quienes creen en las facultades de Geller señalan hechos que desafían toda explicación racional. En el decenio de los setenta de nuestro siglo, Roy Stockdill, veterano fotógrafo del periódico de Londres News of the World, aceptó el ofrecimiento de Geller de fotografiarse a sí mismo con una cámara con la lente cubierta. Stockdill aseguró con firmeza la lente de su propia cámara y observó con atención cuando Geller se sentó frente a ésta. Cuando revelaron la película, entre la mayoría de los negativos en blanco había varias imágenes de Geller bastante claras para que las imprimiera el periódico.

Desde entonces, Geller se ha dedicado también a la rabdomancia, proceso que consiste en pasar las manos ssobre un mapa en busca de yacimientos minerales, desde carbón o petróleo hasta oro. Trabaja con ingenieros, geólogos y hombres de negocios que le pagan altos honorarios por consulta. Sea lo que sea, un mago o un psíquico, sus talentos le han sido de mucha utilidad. Actualmente reside en una mansión junto al río Támesis, en Sonning, Inglaterra.

sábado, 10 de marzo de 2012

Malleus Maleficarum

Manual para la cacería de brujas, El martillo de brujas se usó para provocar la tortura y la muerte de miles de personas inocentes.
Publicado en 1486, el Malleus Maleficarum (El martillo de brujas) fue el manual más popular de los cazadores de brujas durante la gran cacería de éstas en los siglos XVI y XVII. En realidad, hasta que empezó a circular el Pilgrim's Progress de Bunyan en 1678, sólo la Biblia tuvo mejores ventas. El Maellus fue escrito por dos frailes alemanes, Jacob Sprenger y Heinrich Krämer (conocido también como Henry Institor), quienes persiguieron herejes en Renania y Alemania del norte. Aun cuando su propio comportamiento provocó las protestas del papa, en 1484 el recientemente elegido Inocencio VIII apoyó sus actividades.
El Maellus refrendó teológicamente toda superstición grotesca referente al diablo y a las brujas, y su resultado fue la tortura y muerte de miles de inocentes, especialmente mujeres. En el libro se formulan preguntas como "¿por qué las mujeres son más adictas a supersticiones malignas?", y concluía: "Toda brujería proviene de la lujuria carnal, que en las mujeres es insaciable... por lo cual, para satisfacer la lujuria se asocian hasta con demonios."
Supuestamente las brujas ejercían un enorme poder sobre el acto sexual, y a menudo se les acusaba de causar enamoramientos inapropiados, impotencia y esterilidad. Consolidar un pacto con el diablo solía implicar la cópula sexual, así como comer niños recién nacidos y hacer ungüentos con sus despojos. Una vez que el contrato se había pactado, los actos mágicos de las brujas, como salpicar agua para producir lluvia o herir la imagen en cera de una persona, eran señales destinadas a los demonios, quienes entonces hacían lo que se pretendía. El familiar de la bruja, o demonio, la ayudaba para todo. Si la bruja quería robar leche, por ejemplo, fingía ordeñar un cuchillo clavado en un muro, en tanto le pedía a su demonio que ordeñara una vaca determinada. El demonio recogía la leche, la llevaba a la bruja y se la entregaba a través del cuchillo.
A las brujas acusadas por lo general se les torturaba hasta que confesaban, pero el Maellus recomendaba también que se obtuvieran sus confesiones mediante promesas de misericordia: no misericordia para la bruja, sino para la sociedad, a la que convenía el exterminio de la bruja. Quienes creían aquellas promesas y confesaban actos de brujería quedaban invariablemente decepcionados.

martes, 28 de febrero de 2012

Un itzcuintlipotzotli.

En 1780, Francisco Javier Clavijero, sacerdote mexicano, publicó Historia antigua de México, donde describía un itzcuintlipotzotli de la región tarasca de Michoacán. La ilustración que acompañaba el texto mostraba un animal grotesco semejante a un perro del tamaño de un terrier, con cola corta, una cabecita parecida a la del lobo, prácticamente sin cuello, con extraña nariz bulbosa, piel casi lampiña y, los más extraordinario de todo, una pronunciada joroba que se extendía desde el lomo hasta las ancas.
Algunos investigadores se niegan a creer que este Cuasimodo canino fuera un perro y señalan que más bien podría haber sido una especie de roedor similar al cerdo de Guinea. Esto nunca se sabrá, pues el animal ya se extinguió. El último informe de un itzcuintlipotzotli parece ser el de la vida en México, de la señora de Calderón de la Barca, de 1843. Ella dice que vio un ejemplar muerto de este animal en una posada del valle de la Ciudad de México. Fue criado por sus dueños, pero lo mataron porque se volvió muy fiero. Así se perdió en la oscuridad la criatura que muy bien pudo ser una de las bestias misteriosas más feas del mundo.

sábado, 25 de febrero de 2012

Un lago, una leyenda.

 Lago Champlain, Estados unidos
La contrapartida americana del monstruo del lago Ness bien pudiera ser Champ, el monstruo del lago Cahmplain, en los límites de Vermont y Nueva York. Su nombre se debe al francés Samuel de Champlain, quien dijo haber visto extrañas criaturas al explorar la zona entre 1608 y 1612. Pero siglos antes, los indios habían descrito un pez inusitadamente grande parecido a una gárgola, al que llamaban chaousarou.
El 5 dde julio de 1977 una turista, Sandra Mansi, tomó una fotografía de la cabeza, el cuello y el torso de una enorme bestia que surgía del lago. Dos años después, un equipo de sonar registró algo que medía unos tres o cuatro metros y medio de longitud y que se movía en el agua. La mayoría de los investigadores cree que Champ puede ser un reptil acuático conocido como plesiosauro, o una ballena llamada zeuglodon; ambos se suponían extintos hace millones de años.



Por mucho tiempo se ha rumoreado que en los lagos de Canadá, Suecia y el Tíbet, entre otros, hay monstruos de agua dulce no identificados. En 1673 un cazador de osos dijo haber disparado a un dragón devorador de cabras en el lago italiano Nambino. En julio de 1883, la revista Scientific American documentó la muerte de un monstruo de 12 metros de longitud con tres cabezas, caparazón de escamas y grandes garras, en el río Beni de Bolivia. Informes no confirmados de Brasil hablan de enormes anacondas, más grandes que las de 9 metros registradas por los científicos. Estas criaturas, cuyos ojos brillan como linternas de color azul verdoso, se conocen como sucurujo (boa) gigante. En el decenio de los veinte de este siglo, un monstruo con cuello de cisne que parecía un plesiosauro atrajo la atención de los medios de comunicación cuando se le vio en el Lago Blano de Argentina. Se tienen noticias de los Irlanda sobre anguilas tipo caballo, con joroba y cabeza como de víbora.
Fotografía tomada en 1977 por Sandra Mansi.


El misterio de una de esas bestias se aclaró en 1987 en el noroeste de Estados unidos. Durante años se aseguró que en el lago Washington de Seattle vivía una criatura devoradora de patos. Esto se confirmó al encontrar muerto a un esturión de 3,4 metro, con un peso de 408 kilogramos y unos 80 años de edad: una buena razón para pensar que otros monstruos de los lagos son criaturas reales y no imaginarias.

viernes, 24 de febrero de 2012

Sirenas...


La idea romántica de las sirenas del siglo XIX tiene poco en común con la tesis de que los primeros informes de hombres marino se debían a la observación de mamíferos marinos como focas, manatíes o vacas marinas.
Al navegar cerca de las islas de Novaya Zeml'a, frente a la costa norte de Rusia, el navegante inglés Henry Hudson anotó fríamente en su bitácora del 15 de junio de 1608: " Esta mañana, uno de nuestra tripulación vio una sirena por la borda." Un segundo tripulante también la vio muy cerca del barco, observando a los hombres. Los marineros Thomas Hilles y Robert Raynar, dijeron que, aunque el cuerpo era grande como el de un hombre, tenía espalda de mujer y senos, piel pálida, cabello largo y negro, y cola de delfín moteada como una caballa.
La creencia en seres híbridos de humano y pez, u hombres marinos, estaba tan extendida en el siglo XVII como lo había estado en el XII, cuando muchas de estas criaturas fueron vistas en las aguas que rodean a Gran Bretaña. La certidumbre era todavía común entre los marineros cuando el capitán Asa Swift, del Leónidas, zarpó de Nueva York hacia el puerto francés de Le Havre en 1817 y descubrió un pez extraño que todos consideraron que era una sirena.
Aunque lo que vieron fueron tal vez mamíferos marinos, como focas, manatíes y vacas marinas, la idea que la mayoría de los marineros tenía de las sirenas era de una mujer seductora con cola de pez y largo cabello, que sostenía un espejo y un peine: la sirena heráldica representada en carteles de posadas e iglesias. Esa sirena quizá desciende de antiguas deidades de épocas tan remotas como en 5000 a. C.: Oannes, diosa babilonia con cola de pez, o la diosa siria de la Luna, Atagartis. Afamadas por sus voces exquisitas, también se les relacionaba con la mitología clásica, según la cual provienen de las ninfas de río, mitad mujeres, mitad aves, cuyo canto atraía a los navegantes a la perdición. En la tradición occidental presagiaban naufragios.
Las sirenas disecadas de las ferias en el siglo XIX eran invariablemente fraudes; se creaban cosiendo la parte superior de un mono con la mitad inferior de un pez. Pero puede existir una criatura en verdad desconocida que explique parte de los misterios de las sirenas. El 10 de agosto de 1741, en el Golfo de Alaska, el naturista Georg Steller observó durante dos horas un mamífero descrito como un mono acuático, de 1,5 metros de largo, sin miembros frontales y con cola de dos aletas. Sir Alistair Hardy, biólogo marino inglés, dijo en 1960 que los antepasados del hombre pudieron haber tenido una fase evolutiva en el mar y quizá algunos permanecieron en él. Pero el mono marino sigue siendo un misterio como el de las sirenas.